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La historia del Derecho Urbanístico en España se inicia con las normas de ensanche y reforma interior de las ciudades del Siglo XIX, siendo la Ley del Suelo de 1956 el antecedente más importante del Derecho Urbanístico actual y cuyo modelo no ha sido alterado en lo sustancial por las normas de las distintas Comunidades Autónomas.

La legislación de ensanche tiene sus orígenes en uno de los fenómenos sociales y económicos más importantes de la humanidad: la revolución industrial. El ensanche consistía, según el Proyecto de Ley de Ensanche de Posada Herrera, que no llegó a aprobarse, en “la adición de nuevos barrios al casco antiguo”.

La primera Ley que reguló con carácter nacional el ensanche de las ciudades fue la Ley de Ensanche de Poblaciones, de 29 de junio de 1.864. Con posterioridad, se aprobaron Leyes y normas de ensanche de las ciudades más importantes de España, empezando por Madrid y Barcelona, y siguiendo por otras como Valencia, Málaga o Bilbao.

La gestión del ensanche era eminentemente pública pues las obras de urbanización y las expropiaciones necesarias se llevaban a cabo con carácter general con fondos públicos. La participación de los particulares en la urbanización era muy escasa y, por regla general, voluntaria y con incentivos fiscales. Era más bien una colaboración, a través de las Juntas de Ensanche, en las expropiaciones de los extrarradios de las ciudades mediante el apoyo a la fijación del justiprecio y en la utilización de los recursos para llevar a cabo la urbanización.

La única obligación real del particular era la edificación, algo que fue muy criticado por Ildefonso Cerdá, dado que los particulares recibían las plusvalías derivadas de la urbanización costeada por la administración sin ningún tipo de contribución.

Si el urbanismo de ensanche tenía como objetivo el necesario y rápido crecimiento de las ciudades originado por el éxodo rural de mano de obra a las nuevas actividades industriales y mercantiles, el urbanismo de reforma interior tenía como objetivo la mejora de las condiciones higiénicas y urbanísticas de la ciudad histórica para habilitarla a su conversión en una gran ciudad.

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