El pasado 7 de julio de 2010 se aprobó Decisión n ° 661/2010/UE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la Red Transeuropea de Transporte. Así mismo, el pasado 19 de octubre de 2011 la Unión Europea avaló las distintas propuestas de trazados de dicha Red en España, entre las que se incluyó el trazado del Corredor Mediterráneo de línea ferroviaria. A su paso por Andalucía, dicho trazado deja de bordear el Mediterráneo para pasar al eje transversal que la recorre de Este a Oeste que permite la comunicación de una provincia como Almería, muy próspera pero muy incomunicada, conectandola por ferrocarril con Granada, Antequera, Córdoba, Sevilla así como con el resto de España a través de Madrid.
Sin embargo, siendo este trazado central muy importante para el transporte de los ciudadanos de Andalucía, lo cierto es que en un momento de crisis económica como el que atraviesa España, se debería haber dado prioridad a otro trazado de mayor rentabilidad económica, dando continuidad a todo el trazado mediterráneo hasta llegar a Algeciras, pasando por Almería, Málaga y Marbella
Un dato objetivo de dicha rentabilidad no es sólo que la provincia de Málaga y especialmente la Costa del Sol es de las zonas más dinámicas y prósperas de España, o los 20 millones de desplazamientos previstos sólo del trazado entre Málaga y Marbella, sino el dato de número de pasajeros del cuarto Aeropuerto más importante de España, el de Málaga. Así, mientras los aeropuertos de ciudades de la relevancia de Bilbao o Valencia mueven 4 y 5 millones de pasajeros al año respectivamente, el de Málaga mueve casi el triple, cerca de 13 millones de pasajeros. A ello hay que unir que sólo la Costa del Sol tiene una previsión de población de cerca de 1,6 millones de habitantes para 2016, para convertirse gracias a las nuevas tecnologías y la mejora de las comunicaciones en la primera residencia de muchos ciudadanos de la Unión Europea.
El turismo sigue siendo una de las industrias más importantes de España y el Corredor Mediterráneo Ferroviario debe convertirse en una oportunidad para potenciarla en su mayor grado posible como fuente de creación de riqueza y empleo. De ahí que el trazado del Corredor Mediterráneo, a su paso por Andalucía, debería continuar el criterio seguido desde su inicio en Gerona.
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Alejandro J. Criado Sánchez
Director de la Revista de Urbanismo