Sin embargo, el crecimiento ordenado de la ciudad, como es en la mayoría de los casos, especialmente tras la crisis económica e inmobiliaria iniciada en España en 2007, es sinónimo de progreso y de mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos, dado que el crecimiento de la ciudad conlleva el incremento de suelos destinados a servicios públicos, como son hospitales o colegios, así como de actividad económica y nuevos empleos. Es evidente que ni volverá una situación económica tan desbordada como la vivida a inicios de los dos mil, ni tampoco un desarrollo urbanistico que en muchos casos ha sido tremendamente desordenado porque ya se han tomado las medidas legales en toda España para evitarlo, imponiéndose en la actualidad desarrollos ordenados armónicos con el crecimiento lógico de las ciudades.
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Por ello, teniendo en cuenta la mejora de la situación económica que vive España en los últimos meses así como la mejora de la confianza de los inversores, el desarrollo urbanístico e inmobiliario vuelve a ser una oportunidad profesional que cada vez requiere de un mayor conomiento de la legislación urbanística, así como del planeamiento urbanístico y territorial, para lo cual, lo mejor es una buena formación en la materia.
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Dicha formación la aporta sin duda el Curso de Urbanismo de la Fundacin Fydu, por su gran calidad y su visión eminentemente práctica. Ya son varios cientos de alumnos los que lo han realizado y han aprovechado esta oportunidad para ampliar su campo de trabajo profesional.
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Alejandro Javier Criado Sánchez
Abogado especializado en Derecho Urbanístico
Desde hace ya varias décadas, y especialmente desde la situación de fuerte expansión del mercado inmobiliario en España desde 1997 a 2007, el urbanismo, y en mayor medida el mercado inmobiliario, no tienen unas connotaciones precisamente positivas. Esta visión tiene un origen social, político y mediático, en el que un desarrollo urbanístico e inmobiliario, a pesar de ser de los sectóres económicos que más progreso y empleo crean en España, viene sin embargo normalmente asociado a expresiones como «pelotazo» o “especulación”, que en realidad se corresponden con una visión de la actividad empresarial que poco se tienen que ver con una economía de libre mercado como la existente en España