El ex arquitecto municipal y ex jefe de Planeamiento del Ayuntamiento de Marbella ha desglosado las principales características del Plan de Ordenación Municipal en su ponencia del “XXI Programa de Experto en Urbanismo” organizado por el Instituto de Estudios de Urbanismo
Marbella, 13 de noviembre de 2025.- El ex arquitecto municipal y ex jefe de Planeamiento del Ayuntamiento de Marbella, Francisco Merino, ha señalado que “el Plan de Ordenación Municipal (POU) deber priorizar lo que ya existe sin perjuicio de los futuros desarrollos previstos” en el suelo urbano de un municipio. Se ha pronunciado en estos términos durante su ponencia El planeamiento urbanístico de detalle: el Plan de Ordenación Urbana contenida en el “XXI Programa de Experto en Urbanismo” organizado por el Instituto de Estudios de Urbanismo, y en la que ha desglosado las principales características de uno de los dos documentos en que se divide el antiguo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) conforme a la nueva legislación andaluza, la Ley de Impulso para la Sostenibliidad del Territorio de Andalucía (LISTA).
Merino ha destacado que el POU puede aprobarse aunque no exista el Plan General de Ordenación Muncipal (PGOM) -el otro documento de los nuevos planeamientos de los municipios andaluces- pero en este caso tiene que contener información que normalmente aparecería en el segundo texto, tales como “los criterios para el mantenimiento, la mejora y la regeneración de la ciudad existente”. Y ha hecho hincapié en este último concepto, el de “ciudad existente” en tanto que refleja la prioridad de los planes sobre lo que “ya existe, sin perjuicio de los desarrollos futuros que pueda haber”.
El veterano experto en urbanismo ha advertido de que el POU debe procurar que “se mantenga la proporción entre las dotaciones y las edificabilidades lucrativas -en tanto que suponen un aumento de habitantes- con las nuevas actuaciones que se desarrollen” en una zona. Y este concepto es el que se denomina “nivel dotacional para la reserva de actuaciones de transformación urbanística”.
Igualmente ha aludido a las “complicaciones” que entraña el objetivo marcado de “reducir la emisión de gases de efecto invernadero” porque, se ha preguntado Merino “a ver cómo controlas desde el punto de vista urbanístico que se reduzcan los gases de efecto invernadero” si bien “la intención es muy loable”. Y ha añadido a este respecto que “igual sí podemos alinear los edificios intentando que aprovechen mejor el sol o los vientos” con la particularidad de que “el soleamiento lleva a bloques paralelos, en hileras, lo que es contrario al bloque compacto en manzana cerrada, y por tanto constituye una contradicción”.
De una manera más general, Merino ha explicado que el POU “no tiene por qué detallar todo el suelo urbano del municipio; se puede hacer uno para una parte y luego otro para otra parte” mientras que esas áreas tengan partes de suelo urbano completas.
Ha llamado la atención igualmente porque el POU tiene directrices y no normas, por lo que “tiene que contener una serie de disposiciones pero que no serían obligatorias plenamente sino solamente en sus fines, que es lo que las diferencia de una norma”.
